Una historia Olímpica II

Esta es la segunda entrega de Raul, cuenta su pasión y sus experiencias olímpicas y lo mejor, su mayor enseñanza

Como nadador y amante de los deportes escuchaba las historias de los Juegos Olímpicos y esto me encantaba. Lo primero que me impactó sobre los Juegos y me atrajo hacia ellos fue la historia del etíope Abebe Bikila ganando, descalzo, la maratón olímpica de Roma 1960. La llegada en el arco de Constantino (mucho despues supe que asi se llamaba) hasta de noche me sedujo, mi vida debería ser destinada a los Juegos Olímpicos.

Resumen de esta carrera en: http://www.youtube.com/watch?v=vca1QGVAshM&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=nQmqEIYI-GU&feature=related

Más tarde unos extraordinarios y supremamente dedicados nadadores me han dado la oportunidad de ir a cuatro Juegos. He tenido la gran fortuna de ser parte del espectáculo olímpico en: Seul 1988, Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sydney 2000.

A Seul 1988 fui con Pablo Restrepo que había llegado de los Estados Unidos después de sus actuaciones en las FINALES de los Juegos de Moscú 1980 y Los Angeles 1984 y había empezado a nadar conmigo.  Pablo, entretanto, nadó casi el mismo tiempo que en Los Angeles pero solamente ocupó el lugar número 20, quedamos por fuera de la final B. Por cierto hicimos mucha fuerza. Conocí mucho y aprendí más.
Llegamos como 23 dias antes de la competencia: Esta fue una olimpíada muy seria, nadie como que le entendia a nadie y aun asi seguía todo marchando.
Me gustó el gran aplauso al nadador Vladimir Salnikov al terminar los 1500, la estructura arquitectónica de la Villa Olímpica y las miles de bicicletas para el desplazamiento por la villa y los escenarios deportivos.

En 1992 asistí a Barcelona con Alejandro Bermudez. Esta fue la olimpíada latina, hecha por los latinos para los latinos, una hermosa villa olímpica construída en un sitio que solo 8 años antes era una zona abandonada y deprimida del puerto de la ciudad. La ciudad engalanada con las banderas de España y la gente en la calle saludando a los deportistas.  

Fue el último año en el que no se pidieron marcas mínimas de la FINA. El susto fue mayúsculo para alejo; en su primera visita a la zona de espera para competir hasta vomitó, pero nadó bien, hizo un par de records nacionales y quedámos muy contentos y motivados para repetir.

Seguimos hacia Atlanta 96. El 96 fue en mi opinión el mejor año de la natación de Colombia. Asistieron con marca mínima los nadadores Armando Serrano de Cartagena en combinado, Mauricio Moreno de Bogotá en pecho, Diego Perdomo de Huila enlas mariposas e Isabel Ceballos en pecho. De Armando lo recuerdo trepado en la tarima del cantante en la ceremonia de clausura de losJuegos. Para alejo, la gran oportunidad sería la prueba de los 400 combinado pues en los Juegos anteriores los primeros eran un grupo de veteranos que seguramente no llegarían y para eso entrenamos, clasificó a la final B y ocupó el 5º lugar, 13 en la general. Una gran emoción, yo veía mi sueño más carcano. Ya habíamos estado en final B. Pronto llegaría el finalista. Con isa cometimos un error de novatos; se vistió por primera vez con el Fastskin de Speedo el dia de la competencia, fue muy incómodo y no nadó bien.

A Sydney fui con Alejo en combinado y espalda, Isabel en los pechos, Camilo Becerra del Valle en 50 libre, German Martinez de Cartagena en la espalda y Fernando Jacome de Santander en los 200 libre. A Becerra le dolió una rodilla todo el tiempo, Jácome ni Martinez nadaron bien, Isa logró dos récord nacionales que aun se mantienen vigentes en 100 y 200 pecho siendo el de los 100 record suramericano. Alejandro, lamentablemente no nadó bien.
 Cuando iba para Seul pensaba que era cuestión de volúmen de entrenamiento, pero no paso mucho; cambié para combinar algo de intensidad con ese volúmen, muchos dias largos y pocos dias cortos pero muy intensos, y fué alejo; pensé entonces que era cuestión de alta intensidad con mucho volúmen y fueron isa y alejo, bien, además alejo fue 13, ya estabamos llegando; empecé a pensar que la técnica tenía que ver pero seguia empecinado en el volúmen y la gran intensidad y fueron ellos mismos a Sydney donde entendí que andaban más los que mejor nadaban…que no podían ser importantes los metros ni la intensidad si no se nadaba muy bien…los errores se potencializan a mayor velocidad.

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