Las vacaciones no son inactividad.

Los efectos de entrenamiento son reversibles. Las mayorías de las adaptaciones que se logran en muchas horas de trabajo pueden perderse.[1] (CEIM-comité olimpico español)

Las vacaciones pueden reversar todo el trabajo hecho en un semestre o en un año, unas vacaciones “eficientes” para un nadador deben reunir varias condiciones.

El deportista debe descansar de las altas cargas de entrenamiento, pero no debe parar su actividad física, me atrevo a decir que, así como se planifican los periodos de entrenamiento, de igual forma se debe planificar el descanso activo.

Después de tres semanas (o mas) de vacaciones, algunos deportistas llegan fuera de forma, con algunos kilos de mas, con perdida de la resistencia y la fuerza. Diagnostico: sedentarismo. Algunas madres que me leen dirán: “pobrecito tan duro que le toca, que duerma y descanse” y esta bien hasta cierto punto, descansar no es malo, quedarse “estáticos” sin actividad física, ¡si lo es! Esto no favorece el rendimiento deportivo progresivo y constante.

Recuperar el nivel con el que terminaron el periodo competitivo se va demorar como mínimo el doble del tiempo que permaneció sedentario. El documento al cual hacia alusión en el inicio, nos muestra varias investigaciones sobre la perdida de la forma y concluye diciendo que los ritmos de perdida de las capacidades condicionantes y coordinativas son diferentes, pero en definitiva las capacidades que se pierden mas rápido son la fuerza y la resistencia.

Que se puede hacer al respecto: Orientar un descanso activo, estimular a los nadadores a que se mantengan en actividad, utilizando otros deportes o nadando sesiones de mantenimiento, de esta manera se perderá muy poco y retomar el ritmo demorara muy poco tiempo; en otras palabras generando conciencia en nadadores y padres de familia, para que entiendan que las vacaciones deben ser un periodo de recuperación, de descanso, de cambio de  actividad, que nos permita retomar con mayor motivación y entrega.

La perdida de las capacidades la veo ligada a la edad, a mayor edad, mayor perdida y mas difícil la recuperación del nivel. (Esta seria la hipótesis de una linda investigacion).

Ademas de perder estas capacidades físicas, por falta de actividad, también perdemos otras capacidades mentales, de carácter volutivo, como son: la disciplina, la perseverancia, la capacidad de esfuerzo y sacrificio, todas ellas muy difíciles de medir, pero que nosotros los entrenadores, las percibimos con facilidad.

Me atrevo a afirmar que estas capacidades mentales o actitudes de comportamiento son tan importantes como las físicas y van de la mano en desarrollo de todo proceso deportivo.

 

 

[1] Documento digital, Curso de especialista en Alto rendimiento deportivo, universidad de Castilla La Mancha comité olímpico español, capitulo 3 Principios del entrenamiento deportivo Pagina 18, profesor Fernando Navarro.

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